Brooklyn Nets: Fichajes Contra la Etiqueta De Maldito

El faraónico proyecto que unió a tres megaestrellas de la liga como Kevin Durant, James Harden y Kyrie Irving suma nueva pieza de gala para su rotación: LaMarcus Aldridge. Aquello dio con la salida de ambos, y el abrupto final del mejor proyecto en Orlando desde la pareja Penny-Shaq. Títulos NBA conseguidos y finales disputadas, victorias y derrotas sumadas en temporada regular, puntos anotados y encajados, posición lograda dentro de su conferencia al final de la temporada regular y ronda alcanzada en la fase final de playoffs. Jugadores y entrenadores más destacados de la historia de Brooklyn Nets en la NBA. El que otrora fuera uno de los jugadores interiores diferenciales en la competición se desliga de los San Antonio Spurs después de seis temporadas defendiendo su camiseta, en un tiempo en el que no consiguió alzar el trofeo de campeón de la NBA. Garnett, habituado a empujar a interiores para marcar territorio, llegó a calificarlo como «un fenómeno de la naturaleza» a cuyo poderío físico era imposible acercarse. Pescar gracias a un ‘buyout’ a Blake Griffin no era suficiente para los pupilos de Steve Nash, que acumulan aún más dinamita en un movimiento de mercado que les señala como máximos favoritos para conseguir el anillo.

No era que Dwight les cortara el rollo con salmos en mitad de la juerga, a ellos y a otros, camiseta brooklyn nets entre copa y copa y hasta en los baños. Ya les gustaría a los Knicks, que funcionan mejor que otras campañas, camiseta nets poder presumir de algo más que del Madison Square Garden. Y también allí las tuvo feas con Harden, al que culpaba de marginarlo. Pueden optar por seguir las instrucciones de su jugador insignia y despedir a Marks y Nash, brooklyn nets camiseta teniendo así la posibilidad de mantenerlo y no desperdiciar la extensión de contrato por cuatro años y 198 millones de dólares que firmó la temporada pasada. El oligarca ruso Mijail Projorov adquirió el equipo en 2012 por sólo 190 millones de euros. En ningún momento dispuso de la calma y la estabilidad para poder construir un equipo cohesionado con una idea de juego coherente. Técnicamente, Howard no había desarrollado en diez años juego al poste, juego de finura o recreo. En mayo de 2009, Howard y Van Gundy, Howard y una artillería abierta (Turkoglu, Lewis, Alston, Pietrus) harían techo al eliminar a los Cavs de LeBron y alcanzar las finales de la NBA. Según las informaciones filtradas en los medios norteamericanos, el cuerpo técnico de la franquicia no está contento con el rendimiento de Gasol ni con el de Montrezl Harrell, por lo que se entregará la titularidad inmediata a Andre Drummond, de 27 años y en plenitud física.

Y ahora no tenía nada, nada más que presencia física y una gran facilidad para disolverse. Llegar a creerse más importante que la franquicia y su entrenador, Van Gundy, al que parodiaba incluso en juego y por cuyo despido presionó a la directiva, llegando a oídos del técnico y terminando todo con una de las ruedas de prensa más surreales e incómodas en la historia de la liga. Y el respeto, que ahora las filtraciones coincidían todas en su contra, como un escarnio público. Nada salvo recluirse entonces en el único refugio a mano: el gimnasio, hasta ganar 20 kilos de masa muscular en apenas dos años, un tiempo prudencial para empezar a romper, gradualmente, con su pasado, que acabaría enterrando como una maldición. Brooklyn Nets City Edition es un polo de básquet para hombre que todo hincha de los Nets y Kevin Durant necesita en su armario. Brooklyn vuelve a ser una semana más el epicentro de la información NBA.

Pero llevaba ya una semana en el dique seco. Se trata de una nueva forma de ver a tu equipo y a tu ciudad, desde el punto de vista de quienes mejor la conocen. Esto de la eficiencia, que él no había escuchado hasta entonces, empezó a oírlo por todas partes, como si le colgaran un cartel a la vista de todos. Hoy pueden sorprender estos detalles, pero el Howard que aterriza en la NBA en el lejano ya 2004, como absoluto número uno del draft, era un joven virgen, virgen en todo sentido, un joven cuyo mundo se había reducido hasta entonces a un hogar/claustro al sur de Atlanta, dos escuelas cristianas, misa y lecturas evangélicas, un servicio de monaguillo, estudios y un patio trasero con una canasta donde Dwight solo prohibía a sus amigos una cosa: ni una palabrota, a riesgo de que su padre, policía en Georgia State, lo pasara por el cinto, arrancase el aro y allí se acabara el baloncesto, una de sus dos diversiones, que la otra eran los cómics al acostarse después de la oración.